5 de diciembre de 2005
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C
oeneo, Mich.- La UNAM inauguró el Obser-
vatorio de Centelleo Interplanetario en este muni-
cipio, sistema único en su tipo en el continente
americano que está a la altura de los que existen en
La India y Japón. Está integrado por un arreglo de
cuatro mil 96 antenas que ocupan una hectárea
de terreno, y permitirá colaborar con la comunidad
internacional en la vigilancia de tormentas solares
que pueden alcanzar la tierra y alterar los sistemas
de telecomunicaciones y las órbitas satelitales.
Durante la ceremonia inaugural, encabe-
zada por el rector Juan Ramón de la Fuente, el
gobernador de la entidad, Lázaro Cárdenas
Batel, y autoridades municipales, José Francis-
co Valdés Galicia, director del Instituto de Geofísi-
ca de la UNAM, y el investigador Américo
González explicaron los objetivos del observa-
torio, que son consolidar la investigación interdis-
ciplinaria en física solar, clima espacial, radioas-
tronomía e ingeniería en telecomunicaciones.
Los expertos expusieron que se eligió La
Ciénega por ser un sitio con un bajo nivel de
interferencia en la frecuencia de operación. Se
trata de una comunidad rural en una planicie
rodeada de montañas de baja altura que cuenta
con buenas vías de comunicación.
En su esfuerzo por participar con la comu-
nidad internacional en los estudios del clima
espacial, el Instituto de Geofísica construyó un
radiotelescopio cuyas siglas en inglés son
MEXART (Mexican Array Radiotelescope). En
español su nombre es Observatorio de Cente-
lleo Interplanetario de Coeneo, Michoacán.
Este observatorio forma una red junto con
otros similares –en India y Japón– y participa en
el desarrollo de una red mundial de instrumentos
que vigilan el Sol, el medio interplanetario y el
entorno magnético de la Tierra.
Esta red permitirá establecer un sistema de
alarma para conocer con un día de anticipación si
hay una tormenta solar importante en el medio
interplanetario viajando del Sol hacia la Tierra y
prevenir sus efectos.
Al respecto, el titular de Geofísica indicó que las
tormentas solares también pueden incidir en la salud
humana y no sólo en las telecomunicaciones.
El arreglo de cuatro mil 96 antenas de alambre
de cobre ensambladas en una estructura rectangu-
lar con 64 líneas este-oeste, cada una de ellas
integrada por 64 antenas, cubre un área física total
de nueve mil 500 metros cuadrados. En la dirección
este-oeste el arreglo tiene una longitud de 140
metros y en la norte-sur mide 80 metros.
Este radiotelescopio utiliza el movimiento de
rotación de la Tierra para “barrer” el plano del cielo
en dirección este-oeste, y tiene un sistema electró-
nico que le permite apuntar en diferentes direccio-
nes fijas en el plano norte-sur del cielo.
Básicamente, lo que hace el radiotelescopio es
captar señales de radio por medio del arreglo de
antenas. Estas señales son conducidas mediante
líneas de transmisión por los diferentes niveles de
combinación y amplificación electrónica del sistema.
Inauguran el Observatorio
de Centelleo Interplanetario
Se trata de uno de los tres observatorios en su tipo para
monitorear al sol; los otros dos, en India y Japón
V
ERÓNICA
R
AMÓN
Una vez que finaliza el proceso, la información es
digitalizada para ser enviada a un centro de proce-
samiento de datos para su análisis.
Tormentas solares
En la superficie del Sol suceden eventos explosivos
de gran escala, que liberan grandes cantidades de
masa y energía al medio interplanetario. A estas
explosiones se les conoce como tormentas solares
y siguen ciclos de aproximadamente 11 años. Du-
rante el máximo de actividad se pueden presentar
tres tormentas solares en un día; durante el mínimo
sucede una cada tres días.
El centelleo interplanetario es una técnica que
utiliza las variaciones en una señal que produce una
fuente de radio cósmica al ser captada por un
radiotelescopio. Estas variaciones se producen por
la interacción del material de la tormenta solar, que
se propaga en el medio interplanetario, con la señal
de radio proveniente de la fuente cósmica.
Las tormentas solares expulsan un gas incan-
descente con velocidades que pueden rebasar los
dos mil kilómetros por segundo y llegar a la Tierra
en un día. Cuando el material expulsado impacta
nuestro planeta, se producen auroras boreales y
otros fenómenos que alteran temporalmente los
sistemas de telecomunicaciones y las órbitas de
los satélites. Lo anterior hace imperativa la necesi-
dad de estudiar las causas que originan estas
explosiones solares, así como sus consecuencias.
El estudio de estas perturbaciones ha adquirido
una importancia relevante. Hasta se ha acuñado el
término “clima espacial” para designar el estado de
perturbación del Sol, el medio interplanetario y el
entorno de la Tierra.
De esta manera, la predicción del clima espa-
cial, con suficiente antelación como para permitir
tomar medidas que reduzcan los daños producidos
por las explosiones solares, se ha vuelto una
prioridad para los grupos de investigación espacial
en todo el mundo.
El Sol es la estrella más cercana a nuestro
planeta, se encuentra a sólo 150 millones de
kilómetros de distancia y su masa es más de 330
mil veces la de la Tierra. En su núcleo ocurren
reacciones nucleares que transforman hidróge-
no en helio y liberan grandes cantidades de
energía.
La temperatura del núcleo del Sol alcanza los 15
millones de grados centígrados; la superficie se
encuentra alrededor de seis mil grados.
Las instalaciones en Coeneo.
Fotos: Víctor Hugo Sánchez.